top of page
Buscar

Día de los Difuntos 2024

  • Foto del escritor: La Otra Orilla
    La Otra Orilla
  • 1 nov 2024
  • 3 Min. de lectura

Para todos los que hemos nacido y crecido en España, este día siempre está rodeado de un halo de tristeza, no es que no recordemos a nuestros seres queridos en muchos otros momentos. Lo que ocurre es que tal día como hoy, somos miles los que les evocamos a la vez y puede que eso produzca una sinergia especial. Lamentablemente, la tragedia ocurrida este año en la Comunidad Valenciana, nos ha dejado sin palabras, inmersos en una profunda consternación, sintiendo una inmensa piedad por todas las familias que están sufriendo terriblemente por sus fallecidos y por los que todavía se hallan desaparecidos; así como por unas pérdidas materiales en su viviendas y negocios de las que tardarán muchos años en resarcirse. ¡Ha sido otro desastre natural de esos que no se olvidan…! No voy a entrar en las causas, en las posibles negligencias en cuanto a dar avisos antes a la población, ni tampoco en las equivocadas políticas de eliminar presas. Lo que sí sabemos desde el minuto uno, es que las inundaciones en la Costa Mediterránea se vienen sucediendo a lo largo de los siglos, del mismo modo que nos consta que la pendiente de algunas cuencas fluviales, como el río Francolí, el Turia, Segura, Júcar, Guadalentín, y otros, predispone que las aguas de las crecidas se precipiten al mar, arrasando todo lo que se interpone a su paso, con una fuerza y velocidad devastadora. Por mucho que Úrsula von der Leyen se empeñe en achacarlo al manido Cambio Climático, demostrando una vez más su mayúscula ignorancia y su determinación por arrimar el ascua a su sardina, todos tenemos constancia de que ha habido muchas otras. Citaremos a modo de ejemplo: las de Valencia en 1949 y 1957; la de Albuñol y Puerto Lumbreras en 1973, con 500 fallecidos; la de Murcia y Orihuela 2019. Pero en esta ocasión ha habido algo tristemente especial, como demuestran muchos vídeos particulares: a las imágenes dantescas de barro, coches destrozados y muebles desvencijados esparcidos por las calles, se sumaba la barbarie y afán de rapiña por parte de seres, (que son personas) acarreando bolsas y diferentes objetos extraídos, hurtados, de casas y de pequeños comercios. Carritos de supermercados repletos de jamones eran portados por quienes no pueden probar el cerdo, con ánimo sin duda de revenderlos, Eso no lo habíamos vivido en las riadas del 57, ni en la del 73. Las bandas de salteadores no tardaron en organizarse como obedeciendo a un diabólico silbato. Y así como según los textos bíblicos los juicios divinos vendrán precedidos del sonar de la trompeta, esta vez quedó en evidencia que el demonio produce un zumbido en las conciencias cauterizadas, al que obedecen como auténticos posesos. Me quedo con un vídeo demostrativo de esta forma de posesión, que paso a narrar como mejor pueda, aunque mis palabras no lleguen a producir el impacto que causaba visualizar las imágenes: Un pequeño comercio con el cierre echado hasta unos 60 cms, del suelo, y por esa abertura se habían colado en el local media docena de intrusos que iban sustrayendo frenéticamente cuantos objetos quedaban en unas modestas estanterías metálicas. Cada uno de esos cazadores furtivos cogía todo lo que pillaba no a dos manos, sino más bien a cuatro, lamentando no ser monos para poder prenderlos también con los pies. Entretanto, se escucha la voz desesperada de la hija del dueño del negocio, gritándoles:” ¡FUERA! ¡FUERA!, ESTE NEGOCIO ES DE MI PADRE” ¡“Sois unos mal nacidos, sinvergüenzas, ladrones, os aprovecháis de las desgracias ajenas…”! Los salteadores la escuchan, levantan la vista, mascullan palabras en un español precario y prosiguen robando. Salen del fondo del local algunas mujeres que ya han robado lo que querían, todos saben que la joven dueña les está grabando, pero abandonan el local uno a uno sin inmutarse. Están acostumbrados a que les llamen todo eso y mucho más, forma parte de su “modus vivendi”. El sacar ventaja de las desgracias es su rutina, así se han comportado las huestes de todos los ejércitos invasores a la hora de arañar los despojos del botín. Ha sido una rapiña inclusiva, (lo hacían hombres y mujeres), incluso algunos niños, ha sido multiétnica y multicultural, en ella convergían más lenguas que en la Torre de Babel, por tanto reunía todos los mantras de nuestra era, cuyo resumen es PLURISALVAJISMO EN ESTADO PURO. Estábamos acostumbrados a que en momentos tan terribles como estos la gente sacase lo mejor de sí mismos, nos parecía normal las gestas de muchísimos héroes anónimos, pero a esto no estábamos acostumbrados ni queremos que se transforme en hábito y costumbre. Nuestro paisaje mediterráneo cuenta con muchísimas ramblas, pero no queremos que se convierta en tierra de “arrambladores”. ¡LOS ESPAÑOLES NO ÉRAMOS ASÍ!

1/11/2024.



 
 
 

Comments


Publicar: Blog2_Post

©2021 por LA OTRA ORILLA. Creada con Wix.com

bottom of page